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Freddie Bartholomew
ESTRELLA INFANTIL__________________________
Llegado a Hollywood desde su Londres natal, Freddie Bartholomew ha pasado a la historia como una de las estrellas infantiles más famosas del cine de los años treinta y cuarenta. Cuatro papeles sirven como referencias esenciales para explicar su popularidad. Para empezar, fue David Copperfield, el niño maltratado de la novela de Charles Dickens, en la versión norteamericana dirigida por Geor-ge Cukor, en 1935, donde tuvo como compañeros de reparto a pesos pesados como Lionel Barrymore, Elsa Lanchester, Una O'Connor, Basil Rathbone, Maureen O'Sullivan y sobre todo a W. C. Fields, que interpretaba el papel de míster Micawber (un papel para el que había sido inicialmente elegido Charles Laughton, que se retiró del mismo pretextando que le resultaba incómodo aparecer en pantalla como un explotador del niño protagonista). Producida por MGM, fue la primera interpretación del jovencísimo actor en el cine norteamericano, su presentación en Hollywood. Consiguió el papel en contra del criterio del jefazo del estudio de producción, Louis B. Mayer, quien estaba empeñado en que la mejor elección para interpretar al joven antihéroe de la muy británica novela de Dickens era una estrella infantil norteamericana, Jackie Cooper, muy popular entre el público de aquel país. Consiguieron quitarle la idea de la cabeza, sobre todo porque Cooper habría sido más una variante de Tom Sawyer cruzado con Huckleberry Finn que el torturado crío de la novela de Dickens.
Bartholomew tenía solo diez años cuando le soltaron entre todas estas polémicas decisiones en un entorno de trabajo donde tuvo que medirse con algunos de los actores de más talento que en aquel momento prestaban sus servicios en Hollywood. A pesar de todo, consiguió hacerse con el papel y se metió al público en el bolsillo, hasta el punto de que a partir de ese momento consiguió nuevos papeles protagonistas en una industria donde ciertamente no le faltaban competidores, como David Holt, que protagonizaría en 1938 una adaptación de Las aventuras de Tom Sawyer, el propio Cooper y algún que otro joven aspirante a estrella. Frente a todos ellos, la ventaja de Bartholomew consistía en ser el único astro infantil británico de Hollywood.
Tras vivir la experiencia de ejercer como hijo de una de las principales divas del Hollywood dorado, Greta Garbo, en la ficción de Ana Karenina, Bartholomew protagonizó El pequeño lord, adaptación de la obra de Francés Hodgson Burnett dirigida por John Cromwell, donde tuvo como compañero a Mickey Roo-ney, estrella juvenil del momento.
Su trío de antihéroes infantiles británicos lo completó con el trabajo con otro destacado astro del cine americano de los años treinta, Spencer Tracy (que recibió un Oscar como Mejor Actor por este papel, aunque inicialmente no estaba convencido de interpretarlo, porque consideraba que era secundario), en Capitanes intrépidos, donde fue el Pescadito, un joven niño pijo obligado a sobrevivir en un barco de pescadores. Adaptación de una novela de Rudyard Kipling dirigida por Víctor Fleming, fue una de las películas de mayor éxito en la carrera del joven actor, que al año siguiente empalmaría con otro papel similar, en esta ocasión salido de la pluma de Robert Louis Stevenson, en Secuestrado, donde interpretó el papel de David Balfour. Esta fue la despedida de sus personajes más destacados en la etapa como actor infantil, una película difícil que se convirtió en pesadilla para el estudio que la producía, después de despedir al director originalmente contratado para hacerse cargo de la misma, Otto Preminger, y sustituirlo por el artesanal realizador de encargos Alfred L. Werker.
La única película típica de estrella infantil que se le escapó entre los dedos en aquella época feliz de su existencia fue El príncipe y el mendigo, adaptación de la novela de Mark Twain que dirigió William Keighley en 1938 y finalmente interpretaron los gemelos Billy y Robert Mauch.
Tras estos trabajos, Bartholomew no tuvo fácil el paso de la fase de astro infantil a juvenil, si bien la exhibición televisiva de Capitanes intrépidos, la primera película producida por MGM que se emitió en la pequeña pantalla, consiguió volver a ponerle de actualidad y le aportó una segunda popularidad en Estados Unidos entre una nueva generación de espectadores, que pudieron descubrir así a uno de los mejores actores infantiles de la era dorada de Hollywood, superior a muchos de sus compañeros de oficio de igual edad por la madurez que imprimía a sus papeles, consiguiendo que los espectadores empatizaran con la misma fuerza que con los personajes adultos. Después de la Segunda Guerra Mundial, Freddie empezó a trabajar para la televisión, no solo como actor, sino derivando hacia otro tipo de ocupaciones en la pequeña pantalla, como presentador, director, productor y productor ejecutivo. Finalmente se retiraría de la profesión en 1980 cuando se le diagnosticó un enfisema.
En su etapa como niño estrella había llegado a cobrar, en fechas próximas al rodaje de Capitanes intrépidos, una suma de 2.500 dólares por semana, lo que le llevaba a reunir un total de casi 100.000 dólares por año, situándole el segundo en lo referido a emolumentos de estrellas infantiles de Hollywood, superado solo por la incombustible Shirley Temple.
Ese dinero fue lo que llevó a Bartholomew a protagonizar un curioso culebrón judicial que tuvo consecuencias en el resto de sus compañeros de trabajo infantiles que llegaron más tarde. Bartholomew llevó a sus padres a los tribunales en varias ocasiones, reclamando el dinero que había ganado ejerciendo como estrella infantil. El asunto propició que se llegara a sentar jurisprudencia sobre este tipo de emolumentos y la percepción de los mismos entre padres e hijos.
Nacido en Londres, aunque algunas fuentes, como el obituario publicado por el periódico The New York Times en el momento de su muerte afirman que vino al mundo en Dublín, Irlanda, Bartholomew había ganado importantes sumas de dinero que fueron administradas por sus padres, quienes tenían también otras dos hijas, y según parece en la administración de los asuntos del jovencísimo astro participaba también una de sus tías, hermana de su padre, Myllicent Mary Bartholomew, a la que él llamaba Cissie, que le habría criado. Sus biógrafos tampoco se ponen de acuerdo respecto a su nombre de pila, afirmando algunos que es el reseñado al principio de esta ficha, que he elegido por ser el que me parece más fiable, o la alternativa, que es Frederick Llevelyn March. El padre del actor prestó servicio en la Primera Guerra Mundial como parte del cuerpo expedicionario canadiense. Las dos hermanas de Freddie eran Hilda, dos años más joven que él, y Eileen, que era dos años mayor. Ellas vivían con sus padres, Cecil y Lillyan Mae. Al parecer los limitados recursos de la familia pudieron influir en esa decisión de dejar al hijo bajo la protección de su tía paterna. Pero cuando el niño alcanzó el éxito, Ios padres cobraron un especial interés por hacerse cargo de sus asuntos y finanzas.
El niño empezó a dar muestras de talento interpretativo al cumplir los cuatro años, cuando participó en un número musical en una función teatral de la iglesia a la que acudía. Los buenos resultados del trabajo del niño llevaron a su tía a ponerlo en manos de Italia Conti, especialista en formar a actores infantiles que contaba entre sus alumnos de mayor renombre a Noel Coward y Gertrude Lawrence. A los siete años Freddie estaba ya interpretando obras de Shakespeare en festivales y actos benéficos. Además, en 1930 arrancó su carrera cinematográfica apareciendo en varias películas británicas.
Llegaría después su paso al otro lado del Atlántico, donde el productor David 0. Selznick y el director George Cukor le eligieron para ser su David Copperfield cinematográfico, tras haber descartado a otros seis aspirantes seleccionados entre 300 niños que se presentaron a las pruebas para el papel. Sin embargo, tras convencer a George Cukor, director de la película, Freddie tuvo que sortear un último y peliagudo obstáculo: las leyes sobre el trabajo infantil, que le impedían salir de Inglaterra para irse a trabajar a Hollywood. Su tía arregló el tema vendiendo el viaje a la capital del cine norteamericano como unas vacaciones, pero la situación se complicó cuando el padre de Freddie declaró a la prensa británica que su hijo había firmado contrato con la productora norteamericana para rodar la película, lo que iba en contra de las leyes británicas de trabajo infantil, lo que podía provocar retrasos en el rodaje a un coste de mil dólares por día que el estudio no estaba dispuesto a afrontar, mientras esperaban que las autoridades británicas se pronunciaran al respecto. Además, los padres del niño calentaron el ambiente acusando a su tía de haberlo "secuestrado" para llevárselo a trabajar a Estados Unidos. De ese modo la biografía del actor quedó marcada desde el principio de su carrera americana por la pugna entre sus padres y su tía por controlar su peripecia existencial y las ganancias derivadas de su talento.
Freddie Bartholomew tuvo dos hijos con su esposa, Aileen Paul. La primera fue una niña, Kathleen Myllicent Bartholomew, a la que bautizó con el nombre de esa tía que en definitiva había sido como su madre. La criatura nació en marzo de 1956. El segundo, fruto de ese mismo matrimonio, fue un niño, Frederick R. Bartholomew, nacido en 1958. Previamente el actor se había casado con Maeliy Daniele, que fue su esposa entre 1946 y 1953. Tras divorciarse de la madre de sus hijos en 1977 contrajo matrimonio por tercera vez, una unión conyugal que se mantuvo hasta su muerte.
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