UNA INGLESA EN LA CORTE DEL REY DÓLAR
Nacida en el Reino Unido, Ida Lupino fue singular en distintos aspectos. Para empezar, fue una de las más bellas aportaciones británicas al elenco de estrellas del Hollywood clásico, no tan famosa ante las cámaras como algunas de sus colegas, pero sin embargo capaz de desarrollar, y ahí llega su segunda singularidad, toda una carrera detrás de las cámaras como directora, no solo de algunas de las películas en las que intervino como actriz, sino también de otros títulos muy interesantes del cine negro, como El autoestopista o de una cuantiosa producción de capítulos de series de televisión como Climax 77, Hong Kong, Alfred Hitchcock presenta, El pistolero de San Francisco, El hombre del rifle, Los intocables, El fugitivo, Doctor Kil-dare, Dimensión desconocida, Embrujada, Los bribones, Mr. Novak, Una rubia explosiva, La isla de Gilligan, El virginiano, Daniel Boone o El fantasma y la señora Muir. De hecho, en un momento de su carrera enfocó casi todo su interés hacia la dirección de series de televisión, medio en el que le daban más facilidades para hacerse cargo de ese trabajo que en el cine, donde no obstante había logrado construir una carrera interesante como directora independiente abordando varios géneros, a veces haciendo doblete delante y detrás de las cámaras.
Esa carrera poco habitual en las féminas que ejercieron como estrellas del cine negro, cosa que ella fue sin duda, principalmente merced a su papel en uno de los principales títulos de dicha área, El último refugio, que lanzó definitivamente al estréllalo a su colega Humphrey Bogart, llevó a Lupino a recibir en 1943 el premio de la asociación de críticos de Nueva York en la categoría de mejor actriz por su trabajo en The Hard Way, siendo además nominada al Emmy en tres de sus trabajos para televisión, aunque como actriz el premio más destacado que recibió fue posiblemente el que le otorgó la Academia de Cine de Ciencia Ficción, Terror y Fantasía por su trabajo en el largometraje La lluvia del diablo, ya en 1975. Un reconocimiento parco y algo tardío para el talento que había mostrado a ambos lados de las cámaras, que desde luego deja sin reconocer su papel como pionera de un papel más protagonice de la mujer en el cine y la televisión norteamericanas.
HIJA DE LA FARÁNDULA LONDINENSE__________
Dotada de una notable elegancia tanto en su faceta como actriz como en su forma de narrar historias desde la dirección, Lupino vino al mundo en el seno de una familia del mundo del espectáculo. Era hija de actores. Su padre era un famoso actor de vodevil, Stanley Lupino, y su madre era reconocida como la bailarina más rápida de tap dancing, Connie Emerald. Así que puede decirse que llevaba el teatro en las venas, pero sería en el cine donde pudo desarrollar su faceta más emprendedora constituyéndose en todo un ejemplo para las mujeres que aspiraban a algo más en Hollywood que simplemente elementos decorativos a la sombra de sus colegas masculinos.
A los diez años ya estaba subiéndose a los escenarios, aunque no empezó a formarse seriamente como actriz hasta que contando trece años comenzó a asistir a la Royal Academy of Dramatic Art de Londres.
En 1935 encaminó sus pasos hacia Hollywood, donde, siempre amigos de etiquetarlo todo con la mayor brevedad posible para hacerle las cosas insultantemente más sencillas al espectador, dieron en presentarla como "la Jean Har-low británica". Pero ella aspiraba a más, tenía talento y no estaba dispuesta a pasarse la vida interpretando un puñado de papeles de comparsa femenina como los que le habían dado en producciones de segunda fila hasta ese momento, de manera que en 1938 hizo algo realmente atrevido que muchas de sus compañeras de trabajo ni siquiera osaban pensar; decidió no renovar su contrato con Paramount y empezó a trabajar por libre. Era una maniobra ciertamente arriesgada considerando que las grandes compañías tenían controlado el negocio del cine en Estados Unidos, de forma que los independientes encontraban todo tipo de dificultades para desarrollar su trabajo al margen de los grandes estudios. Pero eso no impidió que esta británica con su país de origen al borde de la Segunda Guerra Mundial se buscara la vida en su tierra adoptiva al otro lado del Atlántico, y osara además cambiar la cabellera rubia falsa con la que la habían adornado hasta ese momento para retomar el color natural de su cabello y ganarse un puesto en el reparto de una película de William Wellman, En tinieblas, que le ganó el respaldo de la crítica como actriz que nunca habría conseguido en caso de seguir la disciplina de los grandes estudios, en ocasiones notablemente torpes a la hora de reconocer el talento de algunos de sus contratados. A partir de ese momento Lupino desarrolló su carrera a caballo entre el cine de serie B y las producciones de serie A. Se significó además como una de las actrices con más personalidad del Hollywood de la época, aspecto en el que se la comparaba con Bette Davis, rebelde habitual en el seno de la productora Warner Bros., con cuyos jetazos tuvo también Lupino sus más y sus menos cuando se negó a interpretar un papel que Davis había rechazado.
En 1948 creó junto con su segundo marido, el actor, director y productor Collier Young, la productora The Filmmakers. Dos años más tarde, cuando el realizador de Not Wanted sufrió un ataque al corazón, ella tomó el relevo de la realización, iniciando así una carrera que la llevaría a dirigir otras cuatro películas para su compañía, abordando asuntos y personajes que los grandes estudios no se atrevían a tocar, demostrando que una mujer podía rodar películas con la misma pericia que un hombre, incluso en géneros aparentemente masculinos, como la intriga, el cine negro o de acción, y dando comienzo a una sólida carrera como directora, que prolongó luego en la televisión a partir de 1956, siempre manteniendo esa doble función como actriz versátil y realizadora todoterreno que abordó también en la pequeña pantalla cualquier géneros o historia.
TRES BODAS Y UN HIJO_______________________
Junto a sus logros profesionales, la actriz llevó una intensa vida privada que la situó en los rumores de la prensa del corazón como compañera sentimental de una estrella masculina de serie B como fue Steve Cochran, una superestrella del cine de aventuras como Errol Flynn, un astro del humor como Jackie Coogan, el galán Paul Henreid, el millonario Howard Hughes, Buster Crabbe -quien fuera Flash Gordon, Buck Rogers y Tarzán-, y el también británico Cary Grant, entre otros.
Además se casó en tres ocasiones. La primera con el actor sudafricano Louis Hayward, que entre otros muchos papeles fue Simón Templar en El Santo en Nueva York (1938) o el rey Luis XIV en La máscara de hierro (1939). El matrimonio se celebró el 16 de noviembre de 1938 y se divorciaron el 11 de mayo de 1945.
El segundo matrimonio de la actriz tuvo también como coprotagonista a un guionista, el citado Collier Young, que además de interpretar el papel de peón en una de las películas más destacadas dirigidas por Lupino, El autoestopista, se dedicó a ser su compañero en la creación de la productora independiente que allanó el camino de la actriz como directora. Se casaron el 5 de agosto de 1948 y se divorciaron el 20 de octubre de 1951.
Su tercer matrimonio lo contrajo con un actor, Howard Duff, conocido posteriormente por sus personajes en televisión, como el teniente Blodgett de Pólice Storyo el sheriffTAus de la serie Flamingo Road. Se casaron el 21 de octubre de 1951 y se divorciaron en 1984, después de tener a la única hija de la actriz, Bridget Duff, nacida el 23 de abril de 1952, y que interpretó un pequeño papel en una de las películas protagonizadas por su madre, Prívate Hell 36, escrita por el anterior marido de esta, Collier Young, y coprotagonizada por uno de los amantes de Lupino, Steve Cochran, además de por su padre, Howard Duff. La dirigió Don Siegel y es una de las mejores interpretaciones de Lupino en el seno del cine negro. Bridget interpretó el papel de la hija del personaje encarnado por Dorothy Malone.
Ida Lupino enfermó de cáncer de colon y falleció víctima de un ataque al corazón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario